MEDICINA TRADICIONAL CHINA

Desde los tiempos más antiguos la medicina china ha sostenido teorías diversas, y, sobre todo, ha presentado multitud de modos diferentes de aplicar estas teorías.

Cuando en los años 1950 el Gobierno de la República Popular China se vio en la necesidad de proporcionar asistencia sanitaria a la numerosa y pobre población, constituyó una serie de comités que, tomando como base la cuantiosa documentación y experiencia acumulada a lo largo de siglos, deberían componer un modelo médico que, reflejando algunas de las teorías de base, fuese, ante todo, funcional, es decir, eficaz y al mismo tiempo relativamente fácil de aprender y utilizar. Este modelo, de notable éxito, adquirió el nombre de ‘Medicina Tradicional China’ (MTC) y se constituyó en el paradigma médico tradicional oficial, el único, por tanto mostrable y exportable al extranjero cuando comenzó la apertura de la R.P. China allá por los años ’70. La conjunción de la solidez política del Gobierno chino con una cierta ignorancia por parte de los occidentales de la diversidad y profundidad de las raíces de la medicina china, llevaron a confundir este modelo funcional (y relativamente moderno) de medicina china con ‘la’ medicina tradicional china.

El modelo MTC, a pesar de sus inevitables incoherencias teóricas, es aún hoy día el modelo médico principal de la medicina tradicional en China y en Occidente, donde se ha expandido rápidamente, tanto por razones históricas (fue el que llegó primero) como porque su teoría reajustada resulta de comprensión y asimilación más fácil a las mentes educadas en el cartesianismo y la lógica lineal. Pero hay también otra razón importante que explica su expansión, implantación y desarrollo: su eficacia

Los recursos terapéuticos principales que se proponen en la MTC, la acupuntura y la fitoterapia-nutrición, resultan muy eficaces en el control de múltiples cuadros clínicos, desde los perfectamente definidos, como fiebre o dolor articular, a otros más complejos y/o poco definidos, como la fibromialgia, las alergias o incluso las neoplasias (cáncer). A pesar de la incomodidad que supone la acupuntura MTC (siempre algo molesta y a veces dolorosa), a pesar de los inconvenientes prácticos que afectan a su fitoterapia, la indudable eficiencia de la MTC ha sido y es la razón principal de su admisión en los sistemas sanitarios oficiales y extraoficiales en Occidente. Organismos como la WHO (Organización Mundial de la Salud) reconocen la conveniencia de la acupuntura, la práctica de la Medicina China crece y se expande en todo el mundo, e incluso en países como el nuestro, la mayoría de Colegios Médicos oficiales tienen su sección de Medicina China.

Gracias a la MTC, a su adaptación y adaptabilidad teóricas y a su eficacia práctica, disponemos en Occidente de una serie de útiles terapéuticos derivados de las más antiguas y probadas tradiciones de la cultura china. Es también gracias a la MTC que podemos hoy acceder también a otros modelos médicos basados en diferentes interpretaciones de las mismas tradiciones clásicas. Gracias a la MTC, en suma, podemos hoy hablar de la posibilidad de generar un modelo médico amplio que cohesione el pensamiento analítico occidental con el holístico oriental. A pesar, pues, del creciente auge de otros modelos médicos orientales (como las acupunturas japonesas o coreanas), la MTC sigue siendo la base del reconocimiento, la aplicación y la implantación de la medicina oriental en Occidente.

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